La noche del 10 de septiembre de 1973 un agitado militante comunista llegó a la sede del Regional Valparaíso del partido, ubicada frente al Parque Italia. Venía caminando apurado desde Gómez Carreño para comunicar el contenido de un urgente llamado telefónico recibido desde Punta Arenas. Un familiar muy cercano, que desempeñaba funciones importantes en la zona naval de Magallanes, le había asegurado que en la madrugada del día martes 11 se levantaría la Armada para deponer al gobierno del presidente Salvador Allende.
Los militantes que a esa hora cuidaban el local verificaron la filiación partidaria del nervioso compañero e hicieron algunas rápidas consultas.
A los minutos, no hubo dudas sobre su origen y lealtad. Llamaron entonces al secretario regional, al “Tío Pedro”, como denominaban a Gaspar Díaz Gallardo, el experimentado dirigente que vivía muy cerca de la plaza Victoria.
Díaz, alertado temprano de la inminencia del levantamiento militar, había tratado de viajar a Santiago en la tarde del lunes 10 a bordo de un automóvil conducido por un chofer del partido y en compañía del diputado Luis Gustavino y de una yerna, Apolonia Ramírez Caballero, casada con su hijo Lenin Díaz. Cuando llegaron a Casablanca vieron que camioneros en paro tenían tomada la carretera y se vieron obligados a volver al puerto.