Llegó a la casa el 19 septiembre de 1975 y le dijo a mi madre que lo estaban siguiendo y que había decidido ir a la casa porque si lo detenían, que lo hicieran allí. El 21 de septiembre, a las tres de la mañana, golpearon a la puerta los miembros del Comando Conjunto. Los dirigía el comandante Edgar Ceballos y Roberto Fuentes Morrison, El Wally, que estaba disfrazado de comando del Ejército de Chile. Teníamos un perro pastor y cuando saltaron la reja le dispararon un balazo. A mi papá se lo llevaron sin decirnos nada.
Durante su detención, en el Nido 28, en El Bosque, un médico con rango de capitán le salvó la vida porque mi padre estaba tirado en un patio, desangrándose, con una anemia aguda. Nunca nos habló mucho de la gente que lo detuvo. Por esa misma fecha arrestaron a varios compañeros de los regionales del partido en la zona sur. Mi padre no pertenecía a esas estructuras y no lo vincularon con la dirección del partido. Si lo hubiera detenido la DINA hubiera terminado en el cuartel de Simón Bolívar, lo habrían asesinado y hecho desaparecer.